Tortilla perfecta en sartén, ¿cómo conseguir que no se pegue?
Dicen que una de las pruebas más exigentes a las que puede ser sometido un aspirante a cocinero es cocinar la tortilla ideal. Esta prueba, si la trasladamos al ámbito más ibérico, podría ser la de hacer un huevo frito con puntilla acompañado de unas buenas patatas fritas.
La respuesta a esta pregunta es aparentemente sencilla, o al menos, es muy fácil responder desde la teoría: una buena sartén, fuego uniforme que llegue a toda la superficie de la sartén, aceite o mantequilla en su justa medida para engrasar y una técnica muy depurada. Después entran las añadiduras: tortilla francesa o de patatas, con verduras, con queso y beicon, con atún…
Hoy te contamos cómo hacer la tortilla perfecta, aunque antes de entrar en materia, te damos un consejo: siempre te saldrán mejor si compras sartenes especiales para tortillas. Están diseñadas para que no se peguen y tienen el tamaño y forma ideal para hacer una tortilla fácilmente. En el enlace, te dejamos una selección de las mejores actualmente.
Tortilla de patatas, no revuelto. Las claves para lograrlo
En caso de que no dispongas de una buena sartén antiadherente, el consejo básico para obtener una buena tortilla de patatas es cubrir toda la superficie con aceite hasta dejar que coja temperatura. Cuando el aceite ya humee, retiras el exceso de grasa de la sartén y bajas el fuego para comenzar a cocinar.
Otra opción es poner unos granos de sal gruesa sobre la superficie de la sartén, antes incluso de añadir el aceite. Para cocinar es aconsejable que estén mezclados todos los ingredientes junto con el huevo batido y añadirlos juntos.
Tras ese paso, repartir por toda la sartén pero no revolver. Un último consejo importante, respeta las proporciones de huevo y patata, hasta de cebolla si la prefieres con este ingrediente. Si te quedas corto con los huevos, se acabará pegando y lo que obtendrás será un revuelto, o bien una tortilla deconstruida.
¿Cómo mantener en buen estado las sartenes?
Hay muchos materiales para hacer sartenes: hierro fundido, aluminio, acero inoxidable… Las de este último material es aconsejable lijarlas cada varios meses con lana de acero o papel de lija. Tras este paso hay que lavarla pero sin frotar a fondo con el estropajo, y posteriormente secarla.
Otra opción con las sartenes de acero inoxidable es ahumarlas, que consiste en añadir aceite a la superficie y calentar. Ese aceite a alta temperatura se desecha, pero al enfriar la superficie, se pasa un papel de cocina para restirar todos los restos. Después se lava la sartén con un poco de agua y se seca con un paño fundido.
En el caso de las sartenes de hierro fundido, el curado se puede hacer en el horno, dejando que se calienten por unos 45 minutos a 200 grados. Cuando pasa ese tiempo, se saca la sartén del horno, dejamos enfriar y se lava con agua.
Los trucos que nunca fallan
Más allá de conocer la sartén en la que vas a cocinar y el truco del aceite cubriendo toda la superficie, hay otras recomendaciones que son de gran ayuda. Una de ellas es cocinar siempre con un poco de aceite. Por muy buena que sea la sartén, si la calientes sin nada de grasa, el antiadherente puede sobrecalentarse y dañando la superficie.
Por otra parte, las altas potencias no son tampoco aconsejables. Es mejor cocinar a temperaturas medias y bajas y solo acudir a la máxima intensidad para momentos puntuales.
Hay que cuidar el material de cocina como se merece. Las sartenes están para cocinar, no para servir como fiambreras. Mantener la comida en ellas y guardarlas en el horno no las daña, pero es mejor limpiarlas cuanto antes para que el antiadherente no se manche.
Un último consejo importante es dejar que la sartén se enfríe antes de limpiarla, y no por el agua, sino por la temperatura. Es mejor que el antiadherente alcance la temperatura ambiente de manera natural, no forzada con agua fría del grifo. Tampoco debes introducir estos utensilios de cocina en el microondas.